¿Qué pasaría si en el colegio se aprendiera a desarrollar la inteligencia emocional, además de los contenidos académicos correspondientes? Realmente creo que nos ahorraríamos muchos problemas.
Inteligencia. Emociones. Psicología. Escuela. Aprendizaje.
Desde luego (creo que eso está claro) no me refiero a aplicar una psicología pedagógica (mejorar la enseñanza tomando como base fundamentos psicológico-sociales), ni tampoco a "tener un psicólogo" en el colegio. En el colegio donde cursé BUP y COU había un psicólogo (donde hice la EGB la figura del psicólogo ni existía). Su tarea fundamental era pasarnos test de inteligencia -por cierto, ¡que inutilidad conocer el CI!; si es demasiado alto te puede fastidiar la existencia porque se supone que debes hacer un montón de cosas y además todas bien y el nivel de exigencia externo es máximo, si es demasiado bajo puede ser muy frustrante, y si es normal, pues eso, es normal, mediocre, no hay más que comentar-.
Además nuestro psicólogo también hacía orientación profesional. Según su estudio personalizado a mí me recomendó estudiar Derecho; no sé por qué entonces terminé estudiando Terapia Ocupacional y más tarde Filología Alemana...
Por cierto, creo plenamente en la figura del Psicólogo en la escuela, pero considero que sus funciones son mucho más amplias de las que acabo de comentar.
La cuestión es que evitaríamos, o al menos mitigaríamos, grandes conflictos personales y sociales si desde nuestra infancia-juventud ya aprendiéramos a identificar y entender nuestros sentimientos, a canalizar correctamente nuestras pasiones, a tolerar fracasos y encajar éxitos; a escuchar al otro y a ponernos en su lugar, a aceptarnos a nosotros mismos.
Todo esto lo aprendemos más tarde, a base de experiencias (no hay otra forma), crisis personales y "palos". Somos autodidactas emocionales (y no nos quito mérito)... Pero las discusiones serían menos traumáticas, los malos entendidos y frustraciones menores, no canalizaríamos la energía en agresividad sino en creatividad, en reflexión o incluso en humor; habría mayor entendimiento, sabríamos escucharnos y converger en la solución de los conflictos.
Eso sí, los laboratorios de fármacos para calmar la mente, psiquiatras y psicoterapeutas tendrían menos trabajo.
Prefiero el cambio.
TODO SERÍA MÁS SENCILLO.