viernes, 3 de octubre de 2008

Hiddensee (2ª parte). O cómo Dorita se perdió en su Oz particular.


(Viene de Hiddensee 1ª parte)
En una ocasión me crucé con un camino enlosado, muy bien hecho, bien llano y señalado. Allí sí que vi a gente, amantes esta vez. Pero mis pies me querían llevar fuera del camino -yo en Oz no tendría nada que hacer-, querían buscar la orilla donde el terreno firme nevado y la superficie congelada del mar (¡sí, un mar congelado!) se confundían. Y me dejé llevar por ellos, cada vez más alejada de cualquier signo de civilización.


Me parecía increíble no ver a nadie, ni a lo lejos, ni en la estepa, ni descendiendo la colina, ni en lo alto donde rige el faro. Mirando al frente, nadie. LA NATURALEZA PURA y YO. Para entonces ya había (casi) abandonado en el intento de captar cada instante, cada perspectiva con mi cámara de fotos... y es que aunque así lo hiciera, lo que esta iba a reflejar no iba a ser mas que un pequeña fracción de la realidad, y lo que se experimenta en una situación así no hay cámara que lo capte.
Por fin una zona habitada. Lo digo por las casas, no porque viera habitantes. Aún faltaban 2'5 km hasta el siguiente pueblo desde donde saldría el ferry de vuelta. Y esta vez sí que, cual DORITA por el camino de baldosas amarillas pero sin chapines rojos, decidí seguir fielmente la ruta. Estaba agotada de caminar tanto entre la nieve y de luchar contra la gravedad evitando resbalarme en el hielo...

Para cerrar el círculo insular, regresé a la playa donde había comenzado mi "Wanderung" (ruta a pie). El atardecer merecía la pena. Resultó bastante agotador, pero se trataba de ese tipo de cansancio que al mismo tiempo es tan reconstituyente, que te hace sentir tan bien.

Lo más especial: la sensación de formar parte de un incomprensible paisaje como sacado de un cuento, el encuentro inevitable conmigo misma, Jodorowsky en mi cabeza, y el lobo estepario acompañando mis pies.

15 comentarios:

AdR dijo...

¿Y Totó? ¡No te habrás olvidado de Totó en ese paisaje congelado...!

:)

Lo más especial: que tú nos lo hayas contado así.

Besos.

Chuspi dijo...

Es sensacional el poder llegar a sentir que tu propia piel se mimetiza con ese paisaje tan hermoso!!
Calma, serenidad, belleza...y tú.No más.
BESOS!!

Chuspi dijo...

Es sensacional el poder llegar a sentir que tu propia piel se mimetiza con ese paisaje tan hermoso!!
Calma, serenidad, belleza...y tú.No más.
BESOS!!

Vive Malabar dijo...

Ya sabes... yo me voy donde sea, lejos, cerca.... Y si este es el paraje que propones... Mi mochila está más que lista!!

Tacirupeca Jarro dijo...

A Totó me lo llevé en la mochila, pobre animalico; si no se me moriría de frío. Un beso, AdR

¡Chuspi, es una sensación tan especial! Es una forma de tomar conciencia de uno mismo y del mundo. Una sensación que, por mi tendencia solitaria, cada cierto tiempo el cuerpo me pide repetir.
Un beso fuerte.

Malabar, ya sé que tú tienes siempre la mochila a punto, ¡y eso es bueno! ¡Un besote en el cogote!

Tacirupeca Jarro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Raúl dijo...

Yo tampoco.
Quiero decir, que yo tampoco tendría nada que hacer en Oz, pues sería incapaz de no pisar la veredad que circunda al camino; o incluso de no tratar de buscar una ruta alternativa.
¡Tonto que es uno!

Sombras en el corazón dijo...

Si, decepcionada me he sentido yo con mi cámara cuando intento captar algo así y lo que me muestra la foto no se parece ni por asomo a la panorámica de mis ojos.
Sentirse parte de algo hermoso y desmensurable.
Pero sabiendo que uno vuelve a su mundo, claro. Que ganarse la vida y vivir en general en medio de semejante soledad...

Un abrazo

Vegetable Man dijo...

que paisaje tan bonito

JUANAN URKIJO dijo...

Jodorowsky y Herman Hesse en tu cabeza... No me extraña que tu transición fuera algo bien similar a un viaje astral... Lo bueno es que estás aquí, serena y entera, para contarlo.

Un beso, Magnolia. O dos.

Sanh dijo...

las fotos son impresionantes, muy bonitas.... y si te acompaña Hesse a lo largo del camino puede ser espectacular

un abrazo

JUANAN URKIJO dijo...

Vuelvo a escuchar ese fantástico "Killer" y me estremezco. Qué placer, Magnolia.

Besos.

El Perro Mistetas dijo...

Vaya, cuando este post era nuevo no comenté, y ahora que vuelvo a ver si hay novedades me acuerdo de lo que quise decir entonces... ;)
Me gusta esto de los viajes. y además el nombre de "Dorita" es terrorífico!!! Qué curiosas las traducciones de esos años con traducir los nombres (como la señorita Melania de "Lo que el viento", y Escarlata, tal).

Besets

Tacirupeca Jarro dijo...

Raúl, ya veo de qué madera estás hecho tú también. Pues nada, a perderse para encontrarse, que es lo mejor. Abrazos.

¿A que sí, Sombras? Hay parajes que son difíciles de capturar con una cámara, nos superan. Y también hay personas capaces de vivir en ese medio, por supuesto. Solo que a nosotros nos resulta demasiado ajeno. Pero creo que VIVEN muy bien. Un abrazo.

Hola Vegetable man, me alegra tu visita y que te guste el paisaje. Un abrazo.

Tacirupeca Jarro dijo...

Dédalus, grata tu visita. Ciertamente, fue un camino interior lo que recorrí también, de esos en los que se mueven muchas cosas por dentro. Lo recomiendo a todos. Es imprescindible.
A mí también me engancha el "Killer Queen", me da un buen rollito... Otro beso para ti.

Efectivamente Sofía, una combinación muy especial. Un abrazo.

Hola Perro, pues a viajar se ha dicho, con lo bonito que es. ¡Seguiremos viajando juntos! Y cuánta razón tienes con lo de los nombres. Buf, yo he encontrado traducciones de Shakespeare (p.ej.) que también son para tirarse de los pelos. Un besete