Aquel fin de semana cumplí, por fin, uno de los sueños que tanto me obsesionaban desde que vi las playas bálticas en "El tambor de hojalata". Decidí marchar a Hiddensee, una pequeña isla en la costa alemana del mar Báltico. Ante el ferry, el horizonte puro e inmóvil de un mar helado. Y el barco abriéndose camino entre enormes placas de hielo. Impresionante.
A Hiddensee van en invierno dos tipos de personas: bien personas solas (¿solitarias también?) o bien parejas de amantes. Yo, en este caso pertenecía al de las solitarias. Comencé la ruta en la playa donde la arena era nieve. Me dejé llevar por el vaivén de las olas que chocaban contra las piedras negras de la orilla y se colaban juguetonas entre las algas, y por el sonido, tan grave, de mis pasos atravesando la nieve. En seguida y sin darme cuenta perdí de vista al resto de solitarios y amantes. De hecho desapareció todo ser animado de mi camino.
A través del bosque sólo se veían los árboles, con sus ramas desnudas y la capa de nieve atravesada un millón de veces por otros tantos troncos flacos. Y de fondo: el crujir de mis botas en la nieve.
En lo alto del cerro, al salir del bosque, encontré a otro solitario. "Guten Tag!" - "Guten Tag!", nos saludamos amablemente. ¡Qué menos! La vista desde allí era increíble: el pueblo a los pies, a la izquierda el descenso de la colina, y en frente la insinuación de la alargada silueta de la isla.
Poco después llegué al faro, una mancha de rojo entre la inmensidad blanca. Le acompañé unos instantes, nos miramos; me acerqué a él, pero quería estar solo (otro solitario).
Así que empecé a descender por la estepa en dirección a la orilla opuesta de la isla, bajando por caminos no andados durante días, donde el pie se hundía en la nieve, y detrás de mi pie, mi pierna hasta la rodilla. Y a cada paso otro crujido profundo.
8 comentarios:
Me encanta ese tono de "diario de viajes" que empleas. Me hace participar.
Pd.- ya tengo el album completo. Gracias.
Qué maravilla.
Por un momento me has recordado, no sé por qué, a la película "Los Amantes del Círculo Polar".
Sigue.
Besos.
P.D: He sentido crujir el suelo bajo mis pies, como si fuera hielo y nieve.
Como es casi la hora de almorzar, lo que yo oía mientras te leía era el rugir de mis tripas...jajaja.
A mi me gusta ir a playas donde te puedes quitar toda la ropa, no donde echas de menos poder ponerte más, no obstante, me parece fascinante pillar e irte lejos a buscarte a tí mismo, yo lo hice una vez, curiosamente también anduve por Alemania, pero por el norte no pasé de Hamburgo.
Quiero ser Dorita, y perderme por... donde sea, aunque sea por unos diitas!!!!
Mmm... me daría igual ir en plan solitario que con amante, pero ir, tal como lo cuentas :)... también sentí crujir el hielo bajo mis botas, jaja. Un beso!
WOW! Menudo viajecito...
Espero que lo hayas pasado muy bien, y que tus pilas se hayan recargado, nunca está de más salir del asfalto...
Un besazo y gracias a tí por devolverme la visita ;)
RAÚL, y a mí me alegra que participes en este viaje. No sé si eres muy viajero, pero te lo recomiendo. DISFRUTA DEL ÁLBUM, NO TIENE DESPERDICIO. Un beso.
ADR, la verdad es que tiene bastante de Los Amantes (película que me encanta, por cierto). Mi última estancia en Alemania también estuvo plagada de sorprendentes coincidencias... Un abrazo.
PANNIC, bueno bueno... Para ir a esta isla, que fui un mes de Enero, me puse ¡6 capas de ropa!. Sólo digo eso. Además de bailar cosas raras, me gusta perderme del mundo de vez en cuando. Y para mí Alemania tiene un no sé qué especial para ello. Un besote, guapo.
OLI, ¿a que perderse te resulta también atractivo? Buf, y desconectar de todo y todos...
CARLOTA, también te recomiendo un viaje a las islas del mar Báltico. En verano es un sitio muy turístico, dicen, aunque comparado con el turismo de nuestras playas seguirá siendo poca gente, pero yo seguiría yendo en invierno. Es más auténtico. Otro beso fuerte para tí.
CAROLINA, el viaje lo hice ya hace un tiempo, pero se me recargaron las pilas a tope. Fue un espacio y un tiempo muy especiales los que confluyeron allí. Un abrazote.
Hola. Estoy asombrada de haber encontrado alguien por ahí que conozca el Pata Pata original (¡tengo el vinilo!) y, a la vez, el Ederlezi.
Un saludo cordial.
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