martes, 18 de noviembre de 2008

De cómo el cuerpo de policía detuvo a "los cuerpos". 1ª entrega.

Sublime historia y libérrima versión de Andrea sobre los hechos acontecidos una noche de verano en la capital aragonesa.

Esta es la historia, trepidante donde las haya, de un grupo encantador de jóvenes atractivas y bien educadas que una noche loca decidieron reunirse y emborracharse a la intemperie.

Divertidas y excitadas se vanagloriaban de haber rebasado una incómoda edad y continuar con las sanas costumbres del botellón. Pequeño, discreto y sobre todo con mucha clase, pero botellón. El motivo de tal celebración no ha quedado concretado, aunque diversas leyendas urbanas lo atribuyen al final desastroso de la oposición de una de ellas, a la triste realidad de haber superado la barrera de los treinta o a una auto-compensación por el desgaste sentimental al que se habían visto sometidas en los últimos años. Quién sabe. Tantas razones pueden conducir al ser humano a beber... y más si se trata de cava barato en un marco incomparable como la ribera del río Huerva, donde los peces tienen cuerpo de brik de vino y los vómitos brotan de la tierra cual generosas florecillas. Sin duda las lindezas de este locus amoenus unidas a los atributos naturales de las muchachas, que si bien ya no eran adolescentes mantenían todo su esplendor e ingenuidad, fue lo que despertó el apetito voraz de la policía local.

Ahí se encontraban nuestras cinco protagonistas: Malinda Chichona, Sobella Chichilá, Guapanui Chochonso, Divinal Rechichín y Refina Chuminol. Apetecibles como una cañita con limón en un día de calor y dispuestas a todo.
En el momento en que la patrulla formada por seis policías irrumpió en el paraíso, las marchosas hablaban de hombres, por eso se reían a carcajada limpia. Esto no fue bien interpretado por los hiperlegales, que inmediatamente les pidieron en tono seco las tarjetas de identificación. Ellas, tratando de contener la risa, se las entregaron con mucho gusto mientras apuraban sus vasos de suave licor de Champagne. Y aquí el asunto empezó a enturbiarse. El jefe de escuadrón, Karamierdanmaiami, les informó de su comprometida situación, ya que a partir de ese momento formaban parte de un acto de vandalismo que les acarrearía una multa de hasta trescientos euros. Sobella Chichilá fue la primera en pronunciarse.
- ¿Acaso no sabe usted que todas somos licenciadas y que todo lo que tiene usted ante sus ojos es cien por cien natural, que no ha pasado por el quirófano?
- Eso no es de mi incumbencia –respondió él-. Ustedes han formado un agrupamiento de cinco en plena calle, se han reunido para hablar, para poner de vuelta y media al género masculino y beber a la salud del sexo.
- ¿Bebiendo? ¿Cómo pueden probar que estábamos bebiendo? –intervino de repente Divinal Rechichín, que no paraba de hipar.
- Olía desde el Coso, es cava de los chinos –contestó otro policía con una media sonrisa muy sexy.

Mientras Guapanui Chochonso llamaba a sus amigos de Valencia para ponerles al día de tan emocionante evento y se planteaba seriamente abandonar la consulta y dedicarse a escribir sobre la bohemia y las divinas palabras, Refina Chuminol, que nunca pierde una oportunidad, ponía ojitos tiernos al del olfato implacable. Él se percató enseguida, pero de esto hablaremos más tarde.

19 comentarios:

Pannic dijo...

Yo que vivo en el sublime escenario de tan pintoresca historia, doy fe...el Huerva y sus alrededores son sitios idoneos para ir a tocar fondo un ratito, apurar las copas y resetear. ¿Pidieron refuerzos los esforzados agentes locales?...porque no hay nada más peligroso que un rebaño de mujeres resabiadas con ganas de cachondeo y combustible suficiente.
Malos tiempos...para la li-ri-ca.

Chuspi dijo...

Uy uy uy....tiene pinta de acabar muy pero que muy mal....
Por cierto, gracias por las aclaraciones sobre los Haikus, ahora sí que ya me he enterado requetebien;P

Besis !

Vive Malabar dijo...

Maaare!!!!

Y qué lastima no poder ilustrar esta historia con los retratos de los villanos! Me gustaría poder ver la cara de aquel que tenia el don de la sonrisa sexy...

Continuó la fiesta en comisaria con el cuerpo???

AdR dijo...

Dios... qué foto más buena, falta una de la pandilla ¿no?

Lo de que "todas somos licenciadas y que todo lo que tiene usted ante sus ojos es cien por cien natural" me ha matao. Como si ser licenciada sea algo de alto standing hoy en día, jajaja.

Sigue, sigue.

Muchos besos.

Anónimo dijo...

¡Juas, juas... la historia promete!
Eso os pasó por hacer botellón de una forma civilizada en ese entorno buco-alcohó-lico... si hubiéseis sido ruidosísimos-tíos-chungos-de-verdad-reincidiendo-día-tras-día-en-el-mismo-portal, los agentes del orden habrían hecho la siguiente reflexión: "Vemos un montón de botellas llenas y otro montón de botellas vacías, pero no sabemos qué es lo que ha pasado entre un estado y otro..." (real)
No me pierdo el desenlace...

Pannic dijo...

Tendrian que haber dicho "todas nosotras somos licenciosas y todo lo que ve es orgánico"...la foto es de "sospechosas habituales" total!!!

Sombras en el corazón dijo...

¿Flaqueará la autoridad? ¿Se amparará tras la antiquísima tradicción de la atracción del uniforme?
Lo sabremos en la continuación...

:0)
Veo que estas leyendo a Rudolf Steiner. También leí algo de él.

Un abrazo

Raúl dijo...

Debería de haber sido la poli quien les hiciera la foto y así, hubieran salido todas las imputadas en ella.
El tono, cachondo donde los haya, y también las formas un tanto "agrabieladas" como las llamo yo, me recuerdan las de una maravillosa novela escrita por el actor y escrito Miguel Rellán "Seguro que el músico resucita".

Tacirupeca Jarro dijo...

Pannic, conociendo el entorno es más fácil imaginarse la escena. ¡Fue todo tan divertido! ¡Y la foto es genial! Tan completa la noche. Y el texto escrito por mi amiga Andrea tan sólo se aleja un poco de la realidad, ¡jajaja!
¿Refuerzos? Sólo te digo que había una poli lesbiana, pero eso vendrá en la segunda entrega de la historia.

Tacirupeca Jarro dijo...

Chuspi, acabó requetebien. Bueno, al menos para mí, porque como si la cosa no fuera conmigo iba yo con mi ataque de risa a todos sitios, y diciendo "si es que tenía que pasar, si no hay polis no vale". Lo dicho, continuará...
Un abrazo.

Tacirupeca Jarro dijo...

Malabar, realmente, lo mejor de todo eran las caras de los polis: la del malo-malísimo, la del sexy, la de la poli lesbiana... Todo un primor. Besetes en los mofletes

Tacirupeca Jarro dijo...

AdR, te aseguro que esa frase pertenece a la parte VERÍDICA de la historia. ¡Con razón nos reíamos tanto luego recordándola! Pa' morirse, ¿verdad?
Abrazos

Tacirupeca Jarro dijo...

Trini,tienes toda la razón,las incoherencias policiales nos puden echar para atrás a todos. Creemos que fue el dueño de la terraza que había justo al lado, porque no estábamos consumiendo de su negocio. Que por cierto tenía un terrible rigitón sonando a todo volúmen, ¡y eso sí que habría que denunciarlo!

Tacirupeca Jarro dijo...

Sombras, te dejo con la intriga.
Me atrae la filosofía de Steiner, pero casi todas sus obras (más de 350 volúmenes, por cierto) están descatalogados. Voy a seguir informándome del tema con calma.
Un abrazo fuerte.

Tacirupeca Jarro dijo...

Buena observación, Raúl.Y buena recomendación del libro, tomo nota. Si toda la novela es así te puedes morir de la risa antes de terminarlo, ¡imagino!
¿Qué entiendes por "agrabielado"?

Alberto dijo...

La imagen desenfadada de esas chicas puede se aterradora para los polis. ¿sois muy macarrillas a pesar de ser universitarias? Si es así me encanta. espero por la continuación, que aún tengo la sonrisa
abrazos

Alberto dijo...

Leoo las entradas y estoy de acuerdo con Pannic:
Sois las sospechosas habituales de esta peli.

Pannic dijo...

¿Poli lesbiana con su propia porra?...y luego dicen que no hay gente feliz con su trabajo...

Anónimo dijo...

Jajaja!

Y la foto remata la jugada, es TOTAL como dice AdR.

Un saludito, que sepas que por aquí sigo ;)

Muack.