martes, 25 de noviembre de 2008

De cómo el cuerpo de policía detuvo a "los cuerpos". 2ª entrega.

Esta segunda entrega, como era de esperar, proviene de la primera entrega.

Un policía pelirrojo que se llamaba Juan seguramente, devolvió a las chicas la documentación sin apenas mirarlas a los ojos, pues era tímido sin más. Malinda Chichona, también retraída, decidió que aquel sería el padre de sus hijos muy pronto. Pero Karamierdaenmaiami no tenía el cuerpo para jaleos, andaba estreñido y le apretaba el cinturón del uniforme. Además, tanta alegría y belleza ajenas le irritaban, le llevaban a acordarse de su imagen en el espejo recién levantado de la cama. Se cabreó.
- Oigan, tiren la bebida ya y váyanse, a qué esperan, parece que busquen las multas, les va la marcha.
Sobella Chichilá, que se había vuelto a acomodar en el banco, se levantó por segunda vez para hablar.
- Esto es demasiado. Somos mujeres hechas y derechas, con carrera, con sentido del humor, limpias y civilizadas. Ustedes nos han tomado los datos. Cuando se empieza algo, se ha de acabar en condiciones. Tienen que cachearnos.
- De eso nada –dijo aterrorizado el pelirrojo.
- Cállese, López, eso lo determino yo –Karamierdanmaiami no soportaba que se le adelantaran los subordinados.
- O nos cachean o no pagamos –gritó risueña Divinal Rechichín. El hipo no se le iba.
La patrulla hizo un círculo de deliberación. Todos consideraban que debía ser Asgolfa, la única fémina policía allí presente, la que llevara a cabo el procedimiento. Pero se rumoreaba que le perdía el fideuá y todo lo que incluyera almejas, en fin, que todos temían se le escapara la mano a las zonas innombrables de las gloriosas. Ninguno se atrevía a dar la cara en este asunto, aunque la emoción de Asgolfa era evidente.
- No hay cacheo –fue la respuesta del supremo.
Las cinco chicas empezaron algo así como un abucheo suavecito y con un toque musical. Refina Chuminol se atrevió incluso a improvisar unas rimas que aludían al tamaño de algunas cosas. Se crecían por segundos.
- ¡Fuera o las detengo!
- ¡Esposadas, esposadas! –gritaron todas.
- Tendremos que sacarlas a la fuerza del parque y meterlas en el primer autobús que pase –esto lo comentó Karamierdanmaiami a sus compañeros, un tanto acobardado ya. -¡Usted, la rubia, cúbrase el pecho que acaba de liberar del sostén!
- Jefe, a este paso habrá que detenerlas –habló, sudoroso, el cuarto policía.


Continuará...

7 comentarios:

AdR dijo...

"...que le perdía el fideuá y todo lo que incluyera almejas"

jajajaja. La madre que me parió, qué cosas. Salir con vosotras tiene que ser como pisar otros mundos, jajaja.

Besos

Alberto dijo...

Esto empieza a parecer un relato erótico...llegará a pornográfico?..me encanta lo de las chicas con carrera.
Besos

Tacirupeca Jarro dijo...

La frase auténtica, la genuina y original fue: "¡pero si yo soy funcionaria!".

¡Jajaja, me parto al recordarnos!

Tacirupeca Jarro dijo...

¡Ah! Y luego siguió un: "y yo soy profesora y les digo a mis alumnos que sobre todo no ensucien la calle!"

Chuspi dijo...

jaja!
Aysss los etílicos....qué calores producen; :-)

Besitos!

Pannic dijo...

Chicas con carrera o chicas haciendo la carrera???...que descontrol...que poco respeto por la autoridad por muy caramierdera que sea. Lástima no pasara por allí un grupo de "despidiendos de soltero" disfrazados de policias, que seguro que se acaban ahorrando lo de la stripper. ;)

Anónimo dijo...

Estoy enganchada a esta historia... ¡ja, ja!... y las fotos ilustran a las mil maravillas el relato... seguiré pendiente de la próxima entrega ;-)